Posando con infantil coquetería, sonriendo con timidez. Así apareció ayer, por primera vez ante la prensa madrileña, la heredera desheredada más famosa del mundo, Paris Hilton.
Entre flashes, la estadounidense detalló en primer lugar todas las ventajas de la red social que venía a promocionar a España. En segundo, que creía que la expectación que generaba en todo el mundo se debía a su trabajo como empresaria.Por último, una pregunta menos amable de un reportero bromista le hizo arrugar el rostro y volverse molesta a su agente. Era sólo el primer aviso. Unas horas más tarde, las entrevistas con la ex novia de Benji Madden se retrasaban por culpa de otro reportero que le había importunado al entregarle un preservativo.
En esta ocasión, Paris no dudó en encerrarse en la habitación y no reaparecer hasta dos horas después.
“Prohibido tocarla”
La demora obligó a que las entrevistas se convirtieran finalmente en una gran rueda de prensa -a pesar de que a la joven “le asustan las multitudes“- y con unas estrictas reglas dictadas por los desesperados encargados de prensa: “Prohibido preguntarle sobre sus novios o sobre su vida privada; prohibido recordarle detalles escabrosos sobre su vida pasada y, sobre todo, ¡prohibido tocarla!”
Entre restricciones, la rubia Hilton contó después, sin embargo, algunas curiosidades e incluso logró arrancar alguna risa al tenso auditorio.
Por ejemplo, que creía que representaba una imagen “de paz, felicidadad, glamour, diversión y… de estar maciza”.
No tuvo inconveniente en señalarse como la “gran prueba de que las rubias no somos tontas” y de revelar sus objetivos profesionales: “crear un gran imperio”. Sin duda nunca una afirmación tuvo tanto sentido, quien crea que la Hilton es tonta mejor que se haga mirar su grado de inteligencia y es que la “celebrity” ha creado en torno suyo un gran imperio mediático que le proporciona millones de dólares al año.
Su imparable carrera mediática comenzó con pequeños cortos y papeles en filmes de terror como “La Casa de Cera”, de Jaume Collet-Serra, o algún que otro vídeo del rapero Eminem, pero el salto a la popularidad lo dio gracias al “realityshow” “Simple Life” (ya van cinco temporadas), en el que se traslada a una granja con su amiga Nicole Richie, y por un vídeo pornográfico que rodó con su novio Rick Salomon y tituló “1 Night in Paris”.
Ya ha grabado dos discos “Paris” (2006) y “Nothing in this world” (2008), ha creado su propia discográfica Heiress Records y ya prepara un nuevo álbum que estará listo “a principios de año, muy en la línea de Kylie Minoge”, a la que admira”, “con letras muy personales”.
Enamorada de Ibiza
Paris Hilton, que asegura que no le importaría alguna vez trasladarse a vivir a Ibiza, porque le encanta España, cree que una celebridad es una persona que “todo aquello que hace le interesa a la gente, pero eso tiene un precio, la pérdida de privacidad. En Los Ángeles hay un montón de fotógrafos que me persiguen día y noche, y eso es horrible”.
La Hilton hogareña
Es imposible estar glamurosa todo el día. Desde luego que hay una Paris Hilton pública y otra más hogareña, a la que le gusta estar en casa, cómodamente vestida y con sus zapatillas”, comentaba. Amante de los niños y de los animales -va a todos los sitios con su perrita chihuahua Tinkerbell- Paris ha confesado que de no haber sido empresaria le hubiera gustado ser “profesora de guardería o veterinaria”, y no descarta en un futuro la maternidad, pero su profesión de momento se lo impide.
Admiradora de Obama
Se declara admirada de Obama y que este representa para ella y muchos estadounidenses: “una ilusión, un cambio”.
De momento no, pero quizá algún día llegue yo a ser presidenta”, comentaba irónicamente.
Y después de dedicar un vídeo intero a criticar a McCain y proclamarse -en broma- presidente, ¿se plantea entrar en Polítíca? Paris sonríe pícara: “Quizá, quién sabe”.
¿Solución para la crisis?
Paris, que incluso ha sido arrestada en un par de ocasiones por conducir con unas copas de más, no tiene “una solución para la crisis, quizá crear empleo para el pueblo y bajar los impuestos, pero creo -explica- que la gente debería de gastar menos”, aunque ella se acaba de regalar un último capricho, un coche de lujo, un Bentley color “baby pink”, de esos cuyo precio ronda los 400.000 euros. “Trabajo mucho y eso tan sólo es una recompensa”, argumentaba.
Fuente: Noticiasdot.com